Reclama una nueva medicina, la que tenga en cuenta la capacidad de curar de la energía, mucho más eficaz que los medicamentos.
Usted
asegura que la medicina convencional va por muy mal camino. ¿Tan peligrosos son
los medicamentos que nos recetan?
Nos dan medicamentos para la enfermedad, pero esto causa muchos problemas en el
cuerpo. Porque esta medicina basada en la farmacología no entiende cómo está
interrelacionada toda la bioquímica del organismo. Cuando tomo una pastilla
química y la introduzco en mi cuerpo, no solo afecta a aquel lugar donde tengo
el problema, sino que afecta a muchas otras cosas a la vez. Son los llamados
?efectos secundarios?. Pero, en realidad, no son secundarios sino directos. No
entienden que el efecto de las drogas no solo crea un efecto sino múltiples.
Según las estadísticas en EEUU, ¡los fármacos matan allí a más de 300.000
personas cada año! Hay algo que no funciona en la ciencia médica. Hace algunas
cosas bien, como la traumatología, pero está matando a mucha más gente de la
que ayuda.
¿Y qué ha
descubierto sobre las células pero que no tiene en cuenta la medicina?
Yo ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa época
había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice en esa época
cambió la idea que tenía del mundo. Entonces, la pregunta es muy sencilla, ¿qué
controla el destino de las células? Todas eran idénticas, lo único que era
diferente era el entorno. Cuando cojo células sanas y las coloco en un entorno
nocivo, la células enferman y mueren.
Si un médico las mirara, diría: ?¿Qué medicina hay que darles?? ¡Pero no hace falta ninguna medicina! Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno sano y saludable y las células sanan. Los humanos somos una comunidad de 50 trillones de células, por tanto, la célula es el ser viviente y la persona es una comunidad.
¿Cuál es el
entorno de la célula que hay que cuidar?
Dentro de mí hay 50 trillones de células y el entorno celular para nosotros es
la sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la célula.
¿Y qué controla la sangre? Pues el sistema nervioso, que crea una química
diferente según el sistema exterior. La célula y el ser humano son la misma
cosa. Por tanto, la medicina culpa a las células por la enfermedad y trata de
cambiar la química de las células, pero ese no es el problema, el problema es
el entorno. Y si cambias a la persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro
cambia la química. El cerebro de la célula y el de la persona leen y entienden
el entorno.
En un
entorno sano, ¿nos curamos automáticamente? ¿Así de fácil?
No es tan fácil, porque la mente interpreta. Puede suceder que estemos en un
entorno muy sano y que la mente lo lea como un entorno negativo o perjudicial.
Entonces crea una química que hará a mi cuerpo enfermar. La diferencia entre la
célula y el ser humano es que este tiene una mente que hace una interpretación
y la célula lee el entorno directamente. Si metes un programa con errores en la
mente, entonces la química que genera no está en armonía con la vida. Y esto
nos sirve para entender cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso
que esto me va a sanar, tomo una píldora porque creo que esto me va a traer
salud, y me mejora y me sana, pero la píldora podría ser de azúcar, en realidad
no ha hecho nada, han sido mis creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos
positivos y efecto placebo.
¿Está
diciendo que el efecto placebo ?creer que algo nos sanará? es más curativo que
un medicamento? Pero no hay casi investigaciones sobre eso.
Sí, tienes razón. ¿Eres consciente de que hay más de una manera de hacer
energía sin tener que depender del petróleo? Pero seguimos dependiendo del
petróleo porque no interesa el cambio a los que controlan la energía. Lo mismo
pasa con las empresas farmacéuticas. Venden fármacos y ¿poder sanar sin
fármacos es bueno o malo para la industria farmacéutica? No quieren que sanes
sin comprar sus fármacos. ¿Se puede poner energía en una cápsula? Si fuera así,
las farmacéuticas intentarían vendértela. Si puedo sanar sin usar medicamentos,
la industria que los produce no gana dinero. El dinero controla la ciencia.
Explíquenos
cómo funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.
He hablado de que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una
dirección y, si piensa de otra, se va en otra. Por ejemplo, cierro los ojos,
los abro y veo a alguien a quien amo. Entonces mi cerebro segrega dopamina,
oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el amor, y esa
química trae salud a las células. Por eso, quien se enamora se siente tan bien.
Pero si abro los ojos y veo algo que me asusta, segrego hormonas del estrés. Y
estas hacen dos cosas. La primera es que frenan el crecimiento del cuerpo.
Porque si me está persiguiendo un león, necesito toda la energía para poder
escaparme, y mi organismo apaga todo lo que no sea imprescindible para correr
más rápido, así que se paraliza todo lo que tiene que ver con el crecimiento.
La gente no lo sabe, pero tienes que crecer todos los días, porque, si no, te
mueres. Cada día cientos de billones de células mueren y tienes que ir
produciendo nuevas. Cada tres días, el sistema digestivo renueva sus células,
pero si se interfiere con ese crecimiento, entonces no puedo estar sano porque
estoy perdiendo demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se
caiga el pelo y crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no
solo las del cáncer. La segunda consecuencia de las hormonas del estrés es que
se cierra todo aquello que usa energía, y el sistema inmunitario usa muchísima
energía: cuando estás enfermo, te sientes muy cansado porque tu energía la está
usando el sistema inmunitario.
Explíquenos
qué es la medicina cuántica o medicina de la energía.
Las hormonas del estrés apagan el sistema inmunitario, incluso la medicina usa
este efecto en algunas ocasiones. Por ejemplo, si me trasplantaran un corazón,
mi sistema inmunitario lo rechazaría. En esos casos, los médicos dan hormonas
del estrés y eso impide que funcione el sistema inmunitario. Es tan claro que
suprime el sistema inmunitario que lo usamos como un medicamento. Cuando la
persona está bajo estrés, afecta de dos maneras: la primera es que deja de
haber crecimiento y la segunda es que se apaga el sistema inmunitario. De esta
forma, virus nocivos pueden atacarme fácilmente. Cuando estás bajo mucho
estrés, te enfermas. Y debo decir que, si tomamos una muestra de sangre de cada
persona, descubrimos que todos tenemos células cancerígenas. Las tenemos
siempre, pero si está funcionando el sistema inmunitario, no pueden crecer. Una
vez que se apaga el sistema inmunitario, proliferan. Es como el catarro:
no tienes que coger el virus, ya lo tienes dentro. Son organismos oportunistas.
Como decía, la primera razón por la que la medicina de hoy es
cuestionable es porque los médicos no saben cómo funcionan las células. La
segunda es que la medicina está basada en la física de Newton. No reconoce la
energía, esa parte invisible, las señales electromagnéticas. Pero, a principios
del siglo XX, apareció la física cuántica, que dice que todo es energía, lo que
podemos ver y también lo invisible. Si miras dentro del átomo, hay electrones,
protones, neutrones. ¿Y qué hay dentro? Energía. La ciencia más reciente indica
que el cuerpo responde a la física cuántica, no a la newtoniania. La medicina
dice que quiere cambiar la química del organismo con drogas y la nueva medicina
dice que hay que cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es
mucho más poderosa, porque responde primero el campo energético que el físico.
Y eso enlaza
con la física cuántica. Si todo es energía, ¿los pensamientos también?
¿Cómo influyen en nuestra salud?
La mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los pensamientos son
más poderosos que la química. Así que esto es peor para las empresas
farmacéuticas porque no lo pueden vender. Por tanto, no les interesa una
conexión entre la mente y el cuerpo. Pero es cierto que las propias creencias
se convierten en un campo energético, una transmisión, y esta se transforma en
una señal que es capaz de cambiar el organismo. Y así es como funcionaba la
sanación antes del desarrollo de la medicina. La gente sanaba con los chamanes,
con las manos? pero eso no puede vender y por eso la medicina no quiere ir por
ese camino. Y es la razón por la que yo cambié mi carrera. Estaba enseñando en
la universidad que hay que seguir con drogas y sabía que eso no era verdad. La
medicina lo conoce, pero no habla de ello. Sabe que el pensamiento positivo, el
placebo, puede sanar, y también que el pensamiento negativo puede matar. En
realidad, no es que sea positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el
médico te dice que tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás
la química que generará cáncer. Por tanto, el problema no es tanto el entorno
real sino el que tú interpretas. Por eso no funciona la medicina, porque
no reconoce la ciencia cuántica. No mira hacia ahí porque el dinero está en
otro lado.
Usted ha
explicado que, en la mente, quien realmente tiene el poder es el subconsciente,
¿por eso es tan difícil cambiar hábitos de pensamiento?
Es millones de veces más poderoso y más importante que la mente consciente.
Utilizamos el subconsciente el 95 por ciento del tiempo.
Pero no lo
podemos controlar.
Lo puedes reprogramar. La información del subconsciente se recibe en los
primeros seis años de vida. Eso que aprendiste en esos años se convierte en el
conocimiento fundamental de tu vida. Por tanto, hay muchos estudios que
demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer, tienen
que ver con la programación y el entorno que vivimos en los primeros seis años
de vida.
Es decir,
los niños absorben también sus enfermedades o sus actitudes negativas, y así se
?programa? su subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!
La gente, cuando oye esto, se preocupa, se culpa. Pero no eres culpable si tú
no sabes que el subconsciente funciona así. No lo sabían nuestros padres, ni
nuestros abuelos ni bisabuelos. Ahora bien, cuando lo entiendes, tienes que
cambiar tu manera de vivir, porque entonces sí eres responsable. Está
demostrado que si un niño adoptado vive en su familia casos de cáncer, en su
madurez puede padecer cáncer aunque su genética sea diferente. Si te enseñaron
a maltratar tu cuerpo con mala información, destruirás el vehículo de tu
cuerpo, cuyo conductor es la mente. El futuro es una mejor educación para los
niños, incluso en la etapa prenatal.
¿Podemos
reprogramar el subconsciente para estar más sanos o ser más felices con nuestra
vida?
Los comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden estar
haciéndote daño. Quizás te sientes enfermo y echas la culpa a otra cosa. Al
cambiar estos programas erróneos en el subconsciente, puedes recrear toda tu
vida. Hay varias maneras de hacerlo. Se piensa que, cuando la mente consciente
registra algo, la subconsciente también filtra esa informacion, pero no es así.
La mente consciente es creativa y la subconsciente trata de todos los hábitos.
Si le enseñas al subconsciente algo diferente, se lo enseñas también a la
consciente, pero no al revés. Por ello, la manera de reprogramar es repetir y
repetir hasta que se crea un hábito. Si leo un libro de autoayuda, mi mente
consciente dice: ?Sé todo lo que hay en el libro y lo aplico?, pero la
subconsciente no se entera de nada. Entonces, piensas: ?¿Por que sé tanto y
todavía mi cuerpo no funciona??. Los pensamientos positivos, el conocimiento?
solo funcionan el 5% del tiempo, pero el 95% son los hábitos que tengo desde mi
niñez. Y esa es la razón por la que los pensamientos positivos no son
suficientes. Ayudan, pero no ves muchos resultados. Todo sigue igual hasta que
no cambias el subconsciente.
Con su
investigación, ha aunado ciencia y creencia, un binomio que evita la mayoría de
los científicos. ¿Usted cree en la eternidad?
Absolutamente, sí. No hay dos personas iguales, y lo digo desde el punto vista
biológico. Si cojo mis celulas y las tralado a tu cuerpo, no soy yo, el sistema
inmunitario las rechaza. En las células hay como una especie de antenas en
miniatura. Son receptores y algunos son autorreceptores. Tú tienes diferentes
autorreceptores a los míos. Pero los receptores reciben las señales del
entorno. Si corto esos receptores, la célula no tiene ninguna identidad, porque
no le viene de dentro sino de fuera. Para explicarlo de forma gráfica, diría
que el cuerpo es como un televisor: mis antenas captan y reproducen el programa
televisivo de Bruce. Esos receptores recogen esa transmisión. Si estoy viendo
la tele y se estropea el tubo de la imagen, ha muerto el televisor, pero sigue
la transmisión. Si ese ser tiene los mismos receptores que tienes tú, volverás
a estar trasmitiendo lo mismo, pero en otro cuerpo. Esto explica la
reencarnación y quiere decir que el cuerpo puede ir y venir, pero la
transmisión siempre está ahí.
¿Eso le hizo
creer que tenemos espíritu?
Nunca había creído en el espíritu, pero cuando comprobé esto en la célula, me
cambió la vida entera. La pregunta que me planteé es: ¿por qué esa duplicidad?,
¿por qué tener un espíritu y un cuerpo? Y la respuesta vino de mis células: si
solo existiera el espíritu, ¿a qué sabe el chocolate? Solo con la parte
espiritual, ¿cómo vivir una puesta de sol? ¿Qué se siente cuando se está enamorado?
Todas esas sensaciones vienen de las células del cuerpo, que puede oler,
sentir, tener experiencias. Recoge todo eso, lo transmite al cerebro. Se
convierte en vibraciones y lo transmite a la fuente del ser. Si se muere mi
cuerpo, mi fuente de ser y mi espíritu tienen la memoria hasta que tenga otro
cuerpo. La lección más importante es que estar vivo es un regalo, una alegría
por todo lo que podemos sentir. Cuando hagamos eso, todo el mundo estará sano.
Montse Cano.